La realidad es que, sin rehabilitación logopédica, los resultados de una frenectomía pueden ser limitados… o incluso revertirse.
En este artículo te explicamos de forma clara qué ocurre cuando no se acompaña la cirugía con logopedia, y por qué la reeducación funcional es tan importante en bebés, niños y adultos.
¿Qué es una frenectomía y por qué se realiza?
La frenectomía es una pequeña intervención quirúrgica para liberar un frenillo lingual o labial que está demasiado corto, grueso o rígido. Esta condición —conocida como anquiloglosia— puede dificultar funciones básicas como:
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La lactancia en bebés
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La pronunciación de sonidos (como la /r/, /l/ o /t/) en niños
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La deglución, respiración o incluso la postura orofacial en adolescentes y adultos
👉 Aunque el procedimiento es breve y mínimamente invasivo, el éxito no depende solo del corte, sino del tratamiento funcional posterior.
¿Por qué es necesaria la rehabilitación logopédica después de cortar el frenillo?
Cuando el frenillo limita el movimiento de la lengua o el labio, el cuerpo se adapta creando compensaciones. Por ejemplo:
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Mover la cabeza en vez de la lengua al hablar
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Tragar con presión dental (deglución atípica)
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Usar la musculatura facial de forma errónea
Estas compensaciones no desaparecen automáticamente tras la cirugía. De hecho, si no se reeducan con la ayuda de una logopeda, pueden:
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Persistir
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Empeorar
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Provocar una re-adherencia del frenillo
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Generar nuevas disfunciones
La rehabilitación permite que el cerebro aprenda a usar correctamente esa nueva libertad de movimiento, evitando que el cuerpo vuelva a sus antiguos patrones.
¿Por qué es necesaria la rehabilitación logopédica después de cortar el frenillo?
Aunque cortar el frenillo es un paso importante, no basta por sí solo para resolver el problema. ¿Por qué? Porque el cuerpo —y especialmente el sistema orofacial— ya se ha adaptado durante semanas, meses o incluso años a vivir con esa limitación.
El cuerpo se adapta… pero no siempre de forma funcional
Cuando el frenillo limita el movimiento de la lengua o del labio, el cuerpo crea lo que se conoce como patrones compensatorios. Estos son mecanismos que nos permiten seguir hablando, comiendo o respirando, pero de manera incorrecta. Algunos ejemplos comunes:
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Mover la cabeza en vez de la lengua para alcanzar ciertos sonidos
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Tragar empujando los dientes con la lengua (lo que puede afectar la mordida y la posición dental)
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Usar los labios o el cuello para ayudar en funciones que deberían ser ejecutadas por la lengua
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Respirar por la boca, provocando sequedad, ronquidos o fatiga vocal
Estas estrategias pueden parecer inofensivas, pero con el tiempo consolidan hábitos musculares y neurológicos disfuncionales.
El cerebro necesita reaprender
Después de una frenectomía, el músculo (la lengua o el labio) ya no está atado. Pero eso no significa que el cuerpo sepa cómo usar esa nueva libertad.
Piensa en alguien que ha llevado una escayola durante mucho tiempo: al quitársela, su pierna no recupera de inmediato la fuerza ni la coordinación.
Lo mismo ocurre con la lengua: necesita rehabilitación para volver a moverse con precisión, fuerza y agilidad.
👉 Aquí es donde entra la logopedia. A través de ejercicios específicos, la logopeda ayuda al paciente a:
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Reentrenar la movilidad
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Coordinar correctamente los músculos orofaciales
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Eliminar compensaciones
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Instaurar patrones funcionales y duraderos
¿Qué pasa si no se hace esta rehabilitación?
Las consecuencias de no trabajar con una logopeda especializada pueden ser serias:
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Persistencia de los hábitos disfuncionales: el paciente sigue usando la lengua como si todavía tuviera la restricción.
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Re-adherencia del frenillo: al no movilizar correctamente la zona, el tejido puede volver a adherirse y limitar el movimiento otra vez.
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Frustración emocional: se pierde la motivación porque los resultados esperados no llegan.
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Riesgo de nuevas disfunciones: puede aparecer una deglución atípica, respiración oral o problemas de pronunciación que antes no eran evidentes.
La clave es la integración funcional
La rehabilitación logopédica no solo mejora el movimiento. También garantiza que ese movimiento se use correctamente en funciones esenciales como:
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Hablar
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Comer
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Respirar
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Dormir
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Relacionarse socialmente
Cuando se hace bien, el resultado no es solo estético o mecánico. Es funcional, duradero y con impacto real en la calidad de vida.
¿Cuándo se debe empezar la rehabilitación?
Depende de la edad y evolución de cada persona, pero en general:
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En bebés: se inicia al poco tiempo tras la cicatrización para asegurar una succión eficiente.
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En niños: se trabajan ejercicios desde la semana 1 o 2 tras la intervención.
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En adultos: se comienza pronto con movilización activa, ejercicios miofuncionales y reeducación del habla.
📌 El seguimiento temprano reduce el riesgo de recaídas y acelera la integración de los nuevos patrones.
¿Qué incluye la rehabilitación logopédica post-frenectomía?
Una logopeda especializada en terapia miofuncional diseñará un plan individual que puede incluir:
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Ejercicios de movilidad lingual/labial
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Reentrenamiento de la succión, deglución y masticación
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Corrección de patrones respiratorios orales
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Terapia para mejorar la articulación y claridad del habla
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Educación para la familia y pautas para casa (en el caso de niños)
🟦 ¿Qué pasa con y sin rehabilitación tras la frenectomía?
Aspecto | Sin rehabilitación logopédica | Con rehabilitación logopédica |
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Adaptaciones previas | Se mantienen (movimientos compensatorios, tensión muscular) | Se identifican y corrigen con ejercicios específicos |
Resultado funcional | Limitado o nulo | Óptimo y estable a largo plazo |
Riesgo de re-adherencia | Alto | Muy reducido gracias al trabajo miofuncional |
Pronunciación del habla | Puede seguir alterada | Mejora progresiva con articulación precisa |
Deglución y masticación | Puede permanecer atípica | Se reeduca para lograr un patrón maduro y eficiente |
Respiración | Persistente respiración oral | Transición hacia respiración nasal funcional |
Dolor o tensión mandibular | Puede reaparecer o intensificarse | Se alivia con el fortalecimiento y la coordinación muscular |
Seguimiento profesional | Ausente o insuficiente | Personalizado y adaptado a cada fase de la recuperación |
Testimonio
“Después de la frenectomía, notamos que mi hijo podía mover mejor la lengua… pero seguía sin decir bien la /r/. Con la logopeda, por fin lo consiguió. Fue la clave para que el tratamiento tuviera sentido.”
— Clara, madre de un niño de 6 años, paciente en Barcelona
Cortar el frenillo no es suficiente
La frenectomía es solo el primer paso. Sin una rehabilitación logopédica adecuada, los beneficios pueden ser incompletos o desaparecer con el tiempo. La buena noticia es que, con el tratamiento correcto, la mayoría de los pacientes logran una mejora significativa y duradera en sus funciones orales.
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